lunes, 2 de enero de 2012

Por qué escribo


Me preguntas el motivo de que mi tiempo se trasforme en su soplo, de que cada instante en mi vida sea una aventura dibujada en las nubes blancas o en las que grises se tornan como presagio de una gran tormenta, lluvia de palabras deslizándose en el desierto papel.
Me preguntas porque escribo y yo te contesto.
¿Por qué escribo? Porque juego
¿Por qué juego? Porque invento
¿Por qué invento? Porque vivo.
Desde que mis recuerdos caminan al ritmo que mi corazón late, siempre las palabras han vagado en mi cabeza. Imaginaba mil historias, cuentos de princesas con dragones y príncipes encantados como protagonistas, novelas de terror con brujas y hechiceros, poemas llorones por amores rotos y cartas, muchas cartas que jamás fueron enviadas.
Siempre imaginando, siempre  inventando.
No paraba ese  abecedario de danzar en mi cabeza, no paraba de unir letras formando palabras, palabras revoltosas, danzarinas, libres, con vida propia.
Siempre en mi mano libretas y lápices para emborronar. Letra presurosa atrapando el instante, que no se me escapen y se pierda en este efímero segundo.
Me preguntas por que escribo y yo te respondo
Escribo porque juego, porque invento, porque vivo.
CHELO

2 comentarios:

Encarni dijo...

Chiquilla, que me parece estupendo eso de jugar,de inventar y sobre todo de vivir que alimenta o retroalimenta el acto de escribir, o la escritura en si. Al final has podido desarrollar tus respuestas, con esa idea inicial que te ha quedado estupenda.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues claro que hay que inventar. Ahora se escucha mucho esa frase de que hay que reinventarse. Todo puede ser un como un juego y no darle tanto dramatismo a las cosas. Quizá si insistiéramos mucho en ese concepto tal vez seríamos más felices.
Alguna de esas cartas -aunque no sea todo el texto- podríamos leerlas aquí.
Ya sabes que el género epistolar yo lo propuse en una de nuestras sesiones literarias - ¿he dicho literarias?-, porque recogen mucho de nuestro pasado y de nuestra forma de sentir entonces. Ahora también, claro.
Te animo a que transportes al blog lo que quieras sin contemplaciones, "a sangre fría".
Un saludo.
Cristóbal