martes, 10 de abril de 2012

Tal vez


Tal vez

Cuando las montañas se alcen y decidan contar sus secretos; mirando los ojos de inocencia de un gorrión, libres como el agua limpia que baña tus pies en el bidé. Yo cantaré por soleares, echándome crema en las manos para que las palmas suenen mejor.

Y así le recitaba sus ocurrencias, en mitad del campo, hablaban, reían. El Castillo de Jaén, recio en sus piedras, celoso y vigilante de sus cercanías, fue de nuevo testigo, una vez más en los siglos. Otra historia, como la del “Caño Quebrao”, qué importa que fueran otros los personajes, el argumento era el mismo, el mejor.

  Las caricias eran de aire. Los besos buñuelos de viento, de chocolate, de los que engordan con solo mirarlos.  Momentos que se estaban grabando a fuego de sol de primavera, sin prisas. Ella no paraba de cantar, ♫ Habibi, Habibi ♫.

Los ojos veían lo que sólo les está permitido a los son felices, les pertenecía la creación. Los océanos bailaban en sus olas sin poderlo remediar. Y al no existir palabras que se igualaran al sentir de ese momento, soñaban. 

Pedían que no pasara ese instante, que se detuviera. Miedo daba pensar siquiera que aquello no fuera eterno. Sin saber que ya venía de camino un no quiero nada contigo.
Momentos que no cambiaría por nada, tal vez por una mirada de la que llevaba siempre guardada en su bolsillo, junto a un beso y un deseo.
Ahora, en el Parador de Santa Catalina, bebía del botijo, le caía directamente en el gaznate un chorro de ausencias, de esperas, de recuerdos, de vida, de felicidad; todo había que tragarlo sin respirar, para no atragantarse.

Mientras tengamos unos buenos macarrones, con tomate casero, un buen choricillo de cantimpalo y un queso rallado. La gente que diga lo que quiera.

2 comentarios:

Juanma dijo...

Joe nene que bien que escribes, en el taller no te ponias así, tienes madera Jose Miguel, dale duro y sigue, que esto se te da bien.

Encarni dijo...

A ver ese jienense que se apunta a su tierra... El Castillo es inspirador, no cabe duda.

Un abrazo.