viernes, 1 de junio de 2012

Cinco Vecinos (de nuestro taller)


En el edificio eran solo cinco vecinos, pero apenas se trataban; así que esa tarde, cuando llego la carta del ayuntamiento comunicándoles la tala del árbol, se reunieron un poco de mala gana.

            Una vez echas las presentaciones comenzaron a hablar.

            Regina, la decoradora del 1º A, comenta que la decisión ya está tomada. Es una obra de Ornato público; que va a dejar a la vista la fachada de un edificio histórico. Para Pedro, el filósofo que vive en el sótano, el árbol estaba antes que el edificio, y por tanto tiene derecho a seguir donde está. Mientras discuten, Juan, un poeta pobre que vive en la buhardilla, se dedica a observar a María, su vecina actriz, y así, en su ensueño primaveral, no presta atención a la reunión. Alfredo vive en el 1º B, es psiquiatra y quiere que quiten el árbol, así se podría instalar una rampa para que su madre, ya anciana, entre más cómodamente al edificio. María está indecisa, por un lado cree, con Pedro, que el árbol estaba antes que la casa, y no hay por que cortarlo; pero por otra parte, si lo talan, entraría más luz a su planta, por lo que deja a Juan que decida por los dos; los vecinos vuelven la vista al poeta que está en Babia.

            Juan tiene que decidir con su voto, no sabe si quiere que corten el árbol o no, a él le da igual, aunque, bien pensado, el árbol podía ser la metáfora de su nuevo poema; “Amor que andas por las ramas”.  Se instala el silencio, Regina está incómoda, no le gusta someter su voluntad a la de nadie, y menos a la de Pedro, el Filósofo Bohemio, como lo llama, reconoce ciertas afinidades y eso le inquieta; ambos están solos (viudo y divorciada), pero mientras Pedro se refugia en sus dos hijos ya emancipados, ella lo hace en el alcohol.

El árbol escucha; en la copa, las hojas esconden lo sollozos de la noche anterior. Alguien se acerca, dos seres necesitados de calor y consuelo se dejan hacer hasta que la tormenta se deshace en agua; entonces, lentamente, se conducen hasta el portal; algo púdico e inexplicable no les dejó reconocerse. 

Una voz impaciente rompe el ensueño del poeta. ¿Y bien Juan?

1 comentario:

San dijo...

La cuestión es ¿como poner de acuerdo a tan variopintos personajes? Perfecta presentación Juanma de esta comunidad.
Un gusto volverlo a recordar.
Un abrazo.
(esta tarde te echamos de menos)